El intestino no solo es clave para la digestión: su equilibrio también influye en la salud de nuestros huesos, músculos y articulaciones. Cada vez más estudios muestran que la microbiota intestinal puede marcar la diferencia entre el dolor y el bienestar articular, ya sea en personas con osteoartritis o en quienes someten su cuerpo a entrenamientos intensos. Los probióticos, al cuidar ese equilibrio, se perfilan como un aliado prometedor tanto para mejorar el rendimiento físico como para prevenir y aliviar el desgaste articular.
El intestino no solo influye en la digestión: su microbiota, es decir, el conjunto de bacterias que lo habitan, también juega un papel clave en la salud general del cuerpo, incluyendo la de nuestras articulaciones. Cada vez más estudios muestran que un desequilibrio en estas bacterias puede favorecer el desgaste del cartílago y el desarrollo de enfermedades como la osteoartritis. 1
La buena noticia es que este equilibrio intestinal se puede mejorar con probióticos. Estos microorganismos vivos ayudan a reducir la inflamación de bajo grado que daña las articulaciones y, en algunos casos, incluso han mostrado capacidad para frenar el deterioro del cartílago. 1
Además, las bacterias intestinales no solo actúan por sí mismas: producen compuestos químicos con efectos beneficiosos que participan en la maduración de las células del cartílago y que podría contribuir a mantener las articulaciones más sanas y funcionales. 1
Cuidar la microbiota intestinal con probióticos no solo favorece la salud digestiva, también puede ser una herramienta prometedora para proteger huesos y articulaciones, tanto en personas con osteoartritis como en quienes someten sus articulaciones a un esfuerzo físico intenso, como los deportistas de alto rendimiento expuestos al desgaste articular.
Personas activas y deportistas (prevención y cuidado articular)

El consumo de probióticos, que antes se asociaba principalmente a la prevención o tratamiento de ciertas enfermedades, hoy se reconoce también como un aliado para distintos grupos de personas, incluidos los atletas y quienes llevan una vida físicamente activa. 2
Las investigaciones han mostrado resultados muy prometedores: los probióticos pueden mejorar la salud digestiva, favorecer el rendimiento deportivo, acelerar la recuperación tras el ejercicio, reducir la fatiga física, fortalecer el sistema inmune e incluso influir positivamente en la composición corporal.2
Los estudios en modelos preclínicos muestran que las intervenciones dirigidas a la microbiota, como el uso de probióticos, prebióticos o incluso el trasplante de microbiota fecal, ayudan a restaurar la barrera intestinal, reducir la inflamación y equilibrar los metabolitos producidos por las bacterias del intestino. 3
Uso de probióticos en lesiones ligamentarias, tendones y lesiones musculoesqueléticas
Aunque la investigación aún es limitada, cada vez hay más evidencias de que el microbioma intestinal influye en la reparación de tendones y ligamentos. Se ha observado que puede modular la respuesta de un tendón lesionado al ejercicio o a la carga mecánica durante el proceso de curación. Por ello, mantener un microbioma equilibrado podría ser clave para optimizar la recuperación de lesiones deportivas y potenciar la eficacia de ciertos tratamientos en estas estructuras. 3
Estudios complementarios demuestran que los probióticos pueden ejercer un efecto protector sobre las articulaciones después de una lesión, ayudando a conservar la estructura del cartílago. Estos beneficios parecen deberse, principalmente, a su capacidad para reducir la inflamación tanto a nivel general (sistémico) como local en la articulación y la membrana sinovial.3
Esto posiciona a los probióticos como una terapia complementaria prometedora para disminuir el riesgo o la progresión de la osteoartritis postraumática. 3
Probióticos en pacientes con osteoartritis
los probióticos pueden ayudar a proteger las articulaciones de los sintomas y progresion de la osteoartritis
Cada vez hay más evidencias de que el desequilibrio en la microbiota intestinal está relacionado con la aparición y progresión de la osteoartritis (OA) y el dolor que la acompaña. 4
Los estudios clínicos muestran que los probióticos pueden beneficiar a los pacientes con OA, ya que ayudan a restaurar el equilibrio intestinal y reducen la inflamación a través de distintos mecanismos. 4

La modulación de la microbiota intestinal a través de probióticos representa una estrategia novedosa para interrumpir el ciclo de inflamación y dolor en la OA. 4
Los probióticos pueden ayudar a reducir el dolor en la osteoartritis de dos maneras principales: 4
- Menos dolor en los nervios: bajan la actividad de sustancias que aumentan la sensibilidad al dolor.
- Menos inflamación en la articulación: reducen la producción de moléculas que dañan el cartílago y empeoran la inflamación.
De forma más específica se ha observado que la cepa Bifidobacterium longum CBI0703 puede modular la microbiota intestinal en en modelos experimentales con osteoartritis, al reducir la expresión de la citocinas inflamatorias relacionados en los osteoblastos, lo que contribuye a aliviar los síntomas de la osteoartritis. 5
Probióticos en la prevención de la progresión de la osteoartritis
Cuando se altera el equilibrio de la microbiota intestinal (disbiosis), el sistema inmune puede activarse en exceso y acelerar la progresión de la osteoartritis (OA). Aunque los mecanismos exactos aún se investigan, estudios en laboratorio sugieren que algunos metabolitos beneficiosos producidos por bacterias intestinales ayudan a proteger el cartílago, mientras que otros metabolitos pueden favorecer el daño articular. 5
La suplementación con probióticos puede corregir este desequilibrio, ya que favorece el crecimiento de bacterias “buenas” que producen compuestos antiinflamatorios. Estos metabolitos interactúan con las células del sistema inmune en el intestino, reducen la producción de moléculas inflamatorias y, con ello, disminuyen la inflamación general del cuerpo. 6
Estudios han demostrado el tratamiento con la administración via oral de la cepa llamada Bifidobacterium longum CBI0703 redujo los niveles de expresión de la citocina inflamatoria monocyte chemoattractant protein-1 y de factores génicos relacionados con la inflamación (por ejemplo, marcadores de muerte celular inflamatoria) en los condrocitos. Estos hallazgos sugieren que la administración oral de B. BORI tiene un potencial terapéutico para tanto el dolor, como la progresión y la inflamación en la osteoartritis. 7
Conclusiones
La evidencia científica muestra que la salud intestinal y la salud articular están mucho más conectadas de lo que antes se pensaba. Mantener un microbioma equilibrado, mediante el consumo de probióticos, no solo favorece la digestión, sino que también protege huesos y articulaciones al reducir la inflamación y el desgaste del cartílago. Además, puede aliviar el dolor en pacientes con osteoartritis al disminuir la sensibilidad de los nervios y controlar la inflamación articular; apoyar a personas activas y deportistas al mejorar el rendimiento, acelerar la recuperación y prevenir lesiones por sobreuso; e incluso favorecer la reparación de lesiones musculoesqueléticas al modular la respuesta inflamatoria y potenciar la eficacia de algunos tratamientos.
Los probióticos se perfilan como una terapia complementaria prometedora, útil tanto en la prevención como en el manejo de la osteoartritis y de las lesiones deportivas, ofreciendo un camino innovador para cuidar la movilidad y la calidad de vida a largo plazo.
Referencias:
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